Luego del triunfo de la Revolución cubana en el año 1959 era de vital importancia crear un pueblo trabajador en donde cada ciudadano pusiera su granito de arena para crear una nueva sociedad. Por esta razón, para incorporar a la mujer en los diferentes frentes, el nuevo gobierno comenzó a construir círculos infantiles para que esas madres pudieran unirse al esfuerzo del pueblo y a la creación de un nuevo sistema basado en los trabajadores. Este es uno de los logros más importantes de la Revolución que ha perdurado en el tiempo y que hoy son una parte esencial en la educación de los infantes.
Hoy los círculos infantiles en Cuba atienden de forma gratuita a niños y niñas desde los 12-14 meses en adelante, dándoles así cobijo a las madres trabajadoras. Es considerado incluso el eslabón más fuerte de la educación cubana pues es en donde el niño adquiere sus primeros hábitos de la vida social, aprende a interactuar con los demás, a colaborar y a respetar.
Los jardines infantiles, como también se les conoce, no solo tiene la función de proteger y cuidar a los niños, también desarrolla en estos disciplina, brinda conocimientos artísticos, conocimientos de la vida y culturales. Dentro del programa de aprendizaje destacan la educación plástica, educación musical, educación física, nociones elementales de matemáticas y tienen como gran prioridad el juego, por el gran valor que tiene esta actividad en el desarrollo del niño. El gobierno cubano destina grandes sumas de dinero para los materiales de estudio y alimentación de estos círculos.
Definitivamente Cuba ha desarrollado toda una estrategia desde inicios de la Revolución para lograr que los círculos infantiles no solo puedan ayudar a las madres trabajadoras sino también ayudar al aprendizaje de los infantes en sus primeros años de vida.
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